La
vocación a la Comunidad
Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld es
una llamada a vivir el Evangelio de Jesús de Nazaret, poniendo el
acento en el desierto, sin olvidar nuestro Nazaret concreto y
predicando el Reino de Dios con nuestro compromiso de vida en favor
de la justicia y la amistad con todos las personas que compartimos la
vida.
Esta
vocación no la vivimos en solitario sino en comunidad, una comunidad
en la comunión de los santos, con la que tenemos un compromiso
diario común, además de pedir por todas las intenciones propias de
la vocación cristiana: a) pedir por los hermanos y hermanas de la
comunidad; b) pedir por la unión de los cristianos, y c) pedir para
que las Iglesias, Religiones y Naciones nos dejemos conducir por el
Espíritu de Jesús Resucitado, Espíritu de Justicia, Amor y Paz
hacia la casa del Padre donde reina la Belleza, la Verdad y la
Bondad, en la Felicidad Eterna.
En
la Comunidad
Ecuménica Horeb Carlos de Foucauld caben
distintas vocaciones y acentos de vida. Allí donde está un hermano
o hermana de la CEHCF allí está representada toda la comunidad y
puede identificarse como tal. Cuando en una Iglesia diocesana hay dos
o más hermanos/as de la CEHCF se constituye una Fraternidad
Horeb
Carlos
de Foucauld
diocesana, que, si bien como tal no tiene ninguna reunión
establecida, en la línea de su vocación puede tener algún
encuentro esporádico de amistad o realizar algún retiro o
celebración según el Espíritu del Señor Resucitado lo suscite
entre ellos e incluso formar una comunidad de vida o una laura de
ermitaños/as. Puede darse el caso de que, dadas las características
de cada país y situación, se puedan juntar periódicamente miembros
de diferentes diócesis cercanas, constituyendo una Fraternidad Horeb
interdiocesana. La CEHCF agrupa a todos los miembros y Fraternidades
Horeb.
Actualmente
hay Fraternidades
Horeb
en Almería, Argentina, Barcelona, Murcia, San Salvador, Sevilla,
Toledo y Zaragoza.
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