Semillas de fraternidad en Argelia

Artículo de José Luis Vázquez Borau publicado el 20 de Noviembre de 2.018 en http://blogs.periodistadigital.com



El próximo 8 de diciembre serán beatificados en el Santuario de Nuestra Señora de Santa Cruz de Oran, ciudad al noroeste de Argelia, en la costa Mediterránea, diez y siete monjes trapistas mártires del monasterio de Tibhinne y dos agustinas misioneras españolas, Esther y Cari, que fueron asesinadas también cuando regresaban de misa en 1.994, en medio de las revueltas que se sucedieron en aquel país.
 
En la introducción a la Vida de Carlos de Foucauld, escribía: “El 1º de diciembre de 1.993, exactamente setenta y siete años después de la muerte de Carlos de Foucauld, en el mismo país, Argelia, Christian de Cherché, prior del monasterio trapista de Tibhirine, escribía su testamento espiritual que como una premonición se vería realizado, tres años después, junto a otros seis hermanos de comunidad. Al leer su testamento encontramos la misma sintonía espiritual que pudiera tener el hermano Carlos el día de su muerte, el 1º de diciembre de 1.916. Del testamento espiritual del hermano Christian extraemos las siguientes palabras: “Si un día soy víctima del terrorismo, cosa que puede ocurrir hoy, y que parece englobar a todos los extranjeros que viven en Argelia, quisiera que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recuerden que mi vida ha sido entregada a Dios y a este país… Conozco el desprecio que puede envolver globalmente a los argelinos por este acto. Conozco también las caricaturas del islam que anima a un cierto Islamismo. Es muy fácil tener buena conciencia identificando este camino religioso con el integrismo de sus extremistas… Argelia y el Islam, para mí, es otra cosa, es como un cuerpo y un alma… Mi muerte, parecerá dar la razón a los que me han tratado de inocente o de idealista…Pero entonces podré poner mi mirada en la mirada del Padre para contemplar con Él a sus hijos del Islam como él los ve, iluminados de la gloria de Cristo, fruto de su pasión, investidos por el don del Espíritu, donde la alegría secreta será siempre establecer la comunión y restablecer el parecido, respetando las diferencias”. Si bien la similitud del asesinato de estos hermanos trapenses tiene muchas semejanzas con el asesinato de Carlos de Foucauld, al producirse ambos en el mismo país, Argelia, primero siendo colonia francesa y luego excolonia, pero siendo todos ellos de procedencia mayoritariamente francesa, se puede apreciar la evolución espiritual que tuvo Foucauld desde que era trapense en el monasterio de Cheikhle en Siria, junio de 1.890 - octubre de 1.896, hasta su muerte en Tamanrasset, el 1 de diciembre de 1.916, dejándose llevar por la idea motriz de toda su vida: la imitación de la vida sencilla y humilde de la familia de Nazaret” ( Editorial San Pablo, Madrid 2.012, 7-8).
 
Hoy me gustaría recalcar la actitud que tenía Foucauld ante el martirio, semilla de fraternidad, como imitación máxima de su amigo y Señor Jesús de Nazaret, gracia que pedía cada día y que le fue concedida. El mismo día de su muerte violenta, escribía esta carta a su amigo el gran islamista Louis Massignon, que en la primera guerra mundial pidió ser incorporado en el ejército: “Has hecho bien de pedir que te coloquen en la tropa. No hay que dudar nunca en pedir los lugares donde el peligro, el sacrificio, las pruebas son mayores: el honor, dejémoslo para quien lo quiera, pero el peligro, el sufrimiento, reclamémoslo siempre. Los cristianos debemos dar el ejemplo del sacrificio y de la entrega. Es un principio al que hay que ser fieles toda la vida, con simplicidad, sin preguntarnos si hay orgullo en este comportamiento: es el deber, hagámoslo y pidamos al bien amado Esposo de nuestras almas de hacerlo con toda humildad, con todo el amor a Dios y al prójimo. Has hecho bien. Camina por este camino con simplicidad y en paz, seguro de que es Jesús quien te ha inspirado seguirlo. No te inquietes por tu familia. Confía y confíala a Dios y camina en paz. Si Dios te conserva la vida, cosa que le pido de todo corazón, tu casa estará más bendecida, pues estarás más unido a Jesús y tendrás más vida sobrenatural. Si mueres, Dios guardará a la Sra. Massignon y a tu hijo como tú les hubieses guardado. Ofrece tu vida a Dios a través de Nuestra Madre la Santa Virgen en unión al Sacrificio de Nuestro Señor Jesús y por todas las intenciones del Sagrado Corazón y camina en paz” (J. F. Six, L’Aventure de l’amour de Dieu, 80 lettres inédites de Charles de Foucauld à Louis Massignon, Seuil, París 1.993,214-215).
 
Los obispos de Argelia han realizado un comunicado expresando su gran alegría por esta buena noticia de la beatificación que presidirá el cardenal Angelo Becciu en nombre del Papa Francisco. El arzobispo de Rabat, Cristobal López, sostiene que "no fueron víctimas del Islam, sino del fanatismo, del extremismo y de los intereses políticos. No podemos olvidar que, como ellos, también casi un centenar de musulmanes imames fueron asesinados por no seguir el juego del fanatismo asesino. Y que en esa guerra callada de la que nuestros hermanos fueron víctimas, cayeron más de 200.000 argelinos musulmanes". Y termina pidiendo: "Quiera Dios que la sangre de estos mártires sea semilla de cristianos, como siempre se ha dicho, pero de cristianos encarnados en su realidad, comprometidos en su transformación y con el evangelio de la misericordia en el corazón".